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1. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo VI. Por qué existirá semejante hombre?
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2. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo V. Así sea!
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3. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo VIII. Un escándalo
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4. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo III. Las mujeres creyentes
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5. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo primero. Llegada al monasterio
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6. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capítulo II. Un viejo payaso
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7. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capítulo VII. Un seminarista ambicioso
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8. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo IV. Una dama de poca fe
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1. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo VI. Por qué existirá semejante hombre?
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Часть текста: de ánimo. "Es muy dificil saber lo que piensa", decían a veces sus interlocutores. Algunos días sus risas inopinadas, que denotaban regocijo o pensamientos alegres, sorprendian a los que, viendo sus ojos, le creían pensativo y triste. Por otra parte, era natural que tuviera una expresión algo atormentada. Todo el mundo estaba al corriente de los excesos a que se entregaba en los últimos tiempos, así como de la indignación que se apoderaba de él en las dispùtas que sostenía con su padre por cuestiones de dinero. Por la localidad circulaban anécdotas sobre este particular. Verdaderamente, era un hombre irascible, "un alma oscura y extraña", como dijo de él en una reunión el juez de paz Simón Ivanovitch Katchalnikov. Iba irreprochable y elegantemente vestido: la levita abrochada, guantes negros y el alto sombrero en la mano. Como oficial retirado hacia poco, en su cara no se veía más pelo que el del bigote. Su cabello, corto y peinado hacia delante, era de ...
2. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo V. Así sea!
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Часть текста: fuera de lugar. Capitulo V. Así sea! CAPITULO V ASÍ SEA! El starets había estado ausente unos veinticinco minutos. Eran más de las doce y media, y aún no habfa llegado Dmitri Fiodorovitch, por quien se había convocado la reunión. Ya casi se le habla olvidado. Cuando el starets reapareció en la celda encontró a sus visitantes enzarzados en una conversación animadísima en la que participaban especialmente Iván Fiodorovitch y los dos religiosos. Miusov intervino con calor, pero con escaso éxito: permanecfa en un segundo plano y apenas se le contestaba, lo que le producía una creciente indignación. Antes habfa librado un combate de erudición con Iván Fiodorovitch y se rebelaba ante cierta falta de consideración que habfa advertido en el joven. "Yo -se decía- estoy al corriente de todo lo que hay de progresista en Europa, pero esta nueva generación nos ignora por completo. " Fiodor Pávlovitch, que se habfa jurado permanecer de espectador sin decir nada, guardaba silencio, observando con una sonrisita sarcástica a su vecino Piotr Alejandrovitch, cuya irritación le producía gran regocijo. Hacía rato que acechaba el momento de desquitarse, y al fin encontró la ocasión. Se inclinó ante el hombro de su vecino y le dijo a media voz: -Por qué no se ha marchado usted después de la anécdota del santo, en vez de quedarse con esta ingrata compañia? Sin duda, usted, sintiéndose ofendido y humillado, ha permanecido aquí para demostrar su carácter, y no se irá sin demostrarlo. -No empiece otra vez, o me voy ahora mismo. -Usted será el último en marcharse -le dijo Fiodor Paviovitch. Fue en ese momento cuando llegó el starets . La discusión se interrumpió,...
3. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo VIII. Un escándalo
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Часть текста: según tengo entendido, a la nobleza), por qué no me he de mostrar amable con ellos? No discutiré, incluso les llevaré la corriente, y me atraeré su simpatía. Así les demostraré que yo no tengo nada que ver con ese Esopo, ese bufón, ese saltimbanqui, y que he sido engañado como ellos." Decidió cederles definitiva a inmediatamente los derechos de tala y pesca, cosa que haría de mejor grado aún al tratarse de una bagatela. Estas buenas intenciones se afirmaron en el momento en que los invitados entraban en el comedor del padre abad. Todo el departamento consistía en sólo dos piezas, pero éstas eran más espaciosas y cómodas que las del starets . En ellas no imperaba el lujo, ni mucho menos. Los muebles eran de caoba y estaban tapizados de cuero, según la antigua moda del año 1820; el suelo no estaba ni siquiera pintado. En compensación, todo resplandecía de limpieza y en las ventanas abundaban las flores de precio. Pero el principal detalle de elegancia...
4. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo III. Las mujeres creyentes
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Часть текста: aspecto todavía sumamente agradable y unos ojos vivos y casi negros. Sólo contaba treinta y tres áños y era viuda desde hacía cinco. Su hija, una jovencita de catorce años, tenía las piernas paralizadas. La pobre criatura no andaba desde hacía seis meses y había que tránsportarla en un sillón de ruedas. Tenía una carita encantadora, un tanto enflaquecida por la enfermedad, pero alegre. Sus grandes y oscuros ojos sombreados por largas pestañas brillaban con destellos juguetones. Su madre estaba decidida desde la primavera a llevarla al extranjero, pero ciertos trabajos emprendidos en sus dominios las retenían. Hacía ocho días que estaban en el pueblo, más por cuestiones de negocios que por devoción. Sin embargo, habían visitado ya al starets tres días atrás. Ahora habían vuelto, aun sabiendo que el starets apenas salía de su celda, para suplicar se les concediera "la dicha de ver al gran salvador de enfermos". Durante la espera, la madre...
5. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo primero. Llegada al monasterio
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Часть текста: aún. Era un joven pensativo y distraído, de fisonomía agradable, constitución robusta, aventajada estatura y mirada impasible, como es propio de las personas que no prestan atención a nada. Podía estar mirándonos durante largo rato sin vernos. Era un ser taciturno que a veces, cuando dialogaba a solas con alguien, se mostraba de pronto locuaz, vehemente, alborozado, sabe Dios por qué. Pero su imaginación era como un relámpago, como un fuego que se encendía y apagaba en un segundo. Vestía bien y con cierto atildamiento. Poseía una modesta fortuna y tenía esperanzas de aumentarla. Sostenía con Aliocha amistosas relaciones. Fiodor Pavlovitch y su hijo llegaron en un coche de alquiler deteriorado, aunque bastante espacioso, tirado por dos viejos caballos que seguían a la calesa a una respetuosa distancia. A Dmitri se le había anunciado el día anterior la hora de la reunión, pero aún no había llegado. Los visitantes dejaron sus coches en la posada, inmediata a los muros del recinto, y cruzaron a pie la gran puerta de entrada. Excepto Fiodor Pavlovitch, ninguno de ellos había visto el monasterio. Miusov, que no había entrado en una iglesia desde hacía treinta años, miraba a un lado y a otro con una mezcla de curiosidad y despreocupación. Aparte la iglesia y las dependencias -y éstas eran bastante vulgares-, el monasterio no ofreció nada de particular a su espíritu observador. Los últimos fieles que salían de la iglesia se...
6. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capítulo II. Un viejo payaso
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Часть текста: cual había salido de su dormitorio apenas llegaron los visitantes. Éstos entraron en la celda precedidos por dos religiosos de la ermita: el padre bibliotecario y el padre Pasius, hombre enfermizo a pesar de su edad poco avanzada, pero notable por su erudición, según decían. Además, había allí un joven que llevaba un redingote y que debía de frisar en los veintidós años. Era un antiguo alumno del seminario, futuro teólogo, al que protegía el monasterio. Era alto, de tez fresca, pómulos salientes y ojillos oscuros y vivos. Su rostro expresaba cortesía, pero no servilísmo. No saludó a los visitantes como un igual, sino como un subalterno, y permaneció de pie durante toda la conferencia. El starets Zósimo se presentó en compañía de un novicio y de Aliocha. Los religiosos se pusieron en pie y le hicieron una profunda reverencia, tocando el suelo con las puntas de los dedos. Después recibieron la bendición del starets y le besaron la mano. El starets les contestó con una reverencia igual -hasta tocar con los dedos el suelo- y les pidió lo bendijesen. Esta ceremonia, revestida de grave solemnidad y desprovista de la superficialidad de la etiqueta mundana, no carecía de emoción. Sin embargo, Miusov, que estaba delante de sus compañeros, la consideró premeditada. Cualesquiera que fuesen sus ideas, la simple...
7. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capítulo VII. Un seminarista ambicioso
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Часть текста: pensativo: -Vete, querido, vete. Con Porfirio tengo suficiente ayuda. El padre abad lo necesita. Has de servir la mesa. -Permitame que me quede -dijo Aliocha con voz suplicante. -Allí haces más falta. No hay paz entre ellos. Servirás la mesa y serás útil. Si te asaltan los malos espíritus, reza. Has de saber, hijo mío -al starets le gustaba llamarle así-, que en el futuro te puesto no estará aquí. Acuérdate de esto, muchacho. Cuando Dios me haya juzgado digno de comparecer ante él, deja el monasterio, márchate en seguida. Aliocha se estremeció. -Qué te pasa? -le preguntó el starets -. Tu puesto no es éste por el momento. Tienes una gran misión que cumplir en el mundo, y yo te bendigo y te envio a cumplirla. Peregrinarás durante mucho tiempo. Tendrás que casarte: es preciso. Habrás de soportarlo todo hasta que vuelvas. La empresa no será fácil, pero tengo confianza en ti. Sufrirás mucho y, al mismo tiempo, serás feliz. Esta es tu vocación: buscar en el dolor la felicidad. Lucha, lucha sin descanso. No olvides mis palabras. Todavía hablaré otras veces contigo, pero mis días, a incluso mis horas, están contados. El semblante de Aliocha reflejó una viva agitación. Sus labios temblaban. -Qué te pasa? -le preguntó, sonriendo, el stárets-. Que las personas mundanas lloren a sus muertos. Aquí nos alegramos cuando un padre agoniza. Nos alegramos y rogamos por él. Déjame. Tengo que rezar....
8. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo IV. Una dama de poca fe
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Часть текста: desbordó el entusiasmo de la dama: -Cómo me ha impresionado esta conmovedora escena! La emoción le cortó el habla, pero en seguida pudo continuar: -Comprendo que el pueblo le adore. Yo también amo al pueblo. Cómo no amar a nuestro excelente pueblo ruso, tan ingenuo en su grandeza? -Cómo está su hija? Usted ha enviado a decirme que quería verme. -Sí, lo he pedido con insistencia lo he implorado. Estaba dis-, puesta a permanecer tres días de rodillas ante sus ventanas para que usted me recibiera. Hemos venido a expresarle nuestro entusiasta agradecimiento. Pues usted curó a Lise el jueves, la curó por completo, orando ante ella y aplicándole las manos. Anhelábamos besarlas y testimoniarle nuestra gratitud y nuestra veneración. -Dice usted que la he curado? Pero si está todavía en su sillón! -La fiebre nocturna ha desaparecido por completo desde hace dos días, desde el jueves -repuso la dama con nervioso apresuramiento-. Y esto no es todo: sus piernas se han fortalecido, sus ojos brillan, y mire usted el color de su cara. Antes lloraba sin cesar; ahora está contenta y se rie a cada moménto. Hoy ha pedido que la...

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